El nuevo concepto de “oficina sin papeles” avanza en nuestras organizaciones. Es una cultura de implantación lenta y en la que se comenten algunos errores. Hay una serie de casos en los que el papel es necesario y recomendable.
Tal es el caso de las ofertas a clintes, los informes o las facuras emitidas.
- Ofertas a clientes. De ser aceptadas pueden llegar a ser condiderados documentos contratuales y, por lo tanto, es de sumo interés mantener una copia en papel para su archivo. No tanto las ofertas rechazadas. Este planteamiento es válido para aquellas ofertas aceptadas con trabajos finalizados ya que la responsabilidad mercantil dura varios años.
-
Informes. Especialmente los de tipo vinculante. Hay que diferenciar en la parte común e igual para cada tipo de informe y la específica de aplicación exclusiva a cada informe. Es esta última la que nos interesa guardar en papel.
-
Facturas emitidas. Si bien la normativa fiscal al respecto no obliga a su impresión, también es cierto que en caso de requerimiento o inspección por Hacienda es necesario su presentación en papel y con los datos mercantiles de la sociedad emisora. Por lo tanto, otra vez es recomendable hacer copia en papel de las facturas emitidas.
¡Muy importante!
El prinicpal problema de la no impresión de la documentación tiene su origen en la evolución del software utilizado. Podemos dividirlo en dos grandes grupos: El software comercial de gestión y el específico de sector o actividad.
En el primero formado por las grandes suites se ha registrado una evolución notable. primero fue MS-DOS con sus procesadores de texto en formato txt, después con la aparición de Windows aparecieron nuevos programas hasta loa actuales estándares. Desde Word Perfect hasta Microsoft Word se han sucedido algunas aplicaciones de mayor o menor éxito. El resultado es que si queremos abrir hoy un archivo creado hace diez años en, por ejemplo, AmiPro solución muy utilizada entonces de la suite de Lotus tendremos serios problemas para hacerlo ya que los actuales procesadores no son capaces de importarlo y el programa difícilmente puede trabajar en las ultimas versiones de Windows. ¿Qué ocurrirá dentro de diez años con las actuales soluciones en pdf?. Conviene ser cautos al respecto.
Con el segundo grupo formado por los programas específicos de gestión sucede lo mismo. La obsolescencia de los programas hace que estos se cambien a lo largo del tiempo (aproximadamente una media de cuatro años), con lo que para obtener determinada información, recuperarla o manejarla es preciso disponer del programa funcionando debidamente, ya que no siempre es posible migrar los datos al nuevo programa. El resultado es que cuando queremos consultar una información de hace tres años no es posible porque nadie se acordó de mantener el antiguo programa funcionando a modo de archivo histórico.